Son muchas las creencias que
tratan de explicar la predilección de los mosquitos: se dice que prefieren a
los de "sangre
dulce", es
decir, a quienes comen mucha azúcar; también se piensa que prefieren a las
mujeres, a las personas obesas y a los niños. Por otra parte, existe la idea de
que no se acercan a quienes comen mucho o ajo o a los que tienen "sangre tropical", porque "han creado
anticuerpos".
De acuerdo a la experiencia, estas creencias son tan ciertas como las
supersticiones.
Hay que saber
que tanto los mosquitos machos como las hembras se alimentan normalmente del
néctar de las flores. Sin embargo, en época de reproducción las hembras cambian su dieta floral por la
sangre de los animales, ya que necesitan proteínas para poner sus huevecillos.
Los mosquitos hembra localizan a
su presa con una combinación de olfato y visión.
Sus antenas tienen 72 receptores de olor diferentes
y 27 de ellas están sintonizadas para detectar químicos en su sudor. Estos
incluyen dióxido de carbono, 1-octen-3-ol y nonanal.
Los mosquitos pican más a la gente que tiene
concentraciones más altas de esos compuestos en su sudor. Para elegir a
sus víctimas, las hembras no sólo usan el olfato sino que consideran una serie
de factores:
La temperatura
del cuerpo.
El calor es para los mosquitos un indicativo de que se trata de un animal de
sangre caliente. A más calor, más sangre disponible.
Las bacterias
en la piel. Quienes
prefieren no bañarse aumentan sus probabilidades de ser identificados por los
mosquitos, ya que los olores producidos
por las bacterias y los hongos sobre la piel funcionan como letreros
luminosos para su olfato. En las prendas de ropa sucia, sobre todo los calcetines, se acumulan bacterias que
producen ese olor característico a queso o a encierro, el favorito de los
mosquitos.
El sudor. Quienes
transpiran copiosamente atraen más a los pequeños vampiros porque el aroma del
sudor también indica que se trata de un animal de sangre caliente. De ahí que
el zumbido sea tan útil para
estos insectos: al escucharlo nos ponemos nerviosos, comenzamos a sudar y los
mosquitos nos identifican.
El movimiento. Los mosquitos
localizan con la vista a sus víctimas bajo el siguiente criterio: se mueve, es
grande, está vivo, tiene sangre. Por eso resulta peor tratar de asustar a un
mosquito con la mano o moverse constantemente.
Patologías. Quienes padecen
colesterol alto o problemas de ácido úrico suelen tener un humor más penetrante, lo que para los mosquitos sería el
equivalente a un imán.
Cosméticos. El aroma del ácido
láctico (combinado con los factores de temperatura y movimiento) es un mensaje
para los mosquitos que podría traducirse así: tiene sangre, es comida. Este
ácido también está presente en algunos cosméticos, shampoos y cremas, viene
señalado en la etiqueta como alpha
hidroxil.
Perfumes. Como mencioné al
principio, los mosquitos que no están en época reproductiva se alimentan del
néctar de las flores. Por eso quienes usan perfumes, cremas y desodorantes
demasiado florales, dulces o melosos, son víctimas predilectas.
Es difícil controlar todos estos
factores, pero al menos ya tenemos algunas pistas para disminuir la
probabilidad de ser devorados por los mosquitos en la próxima salida al campo.
Continuamente hay experimentos para dar con
repelentes que bloqueen esos olores.